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Pena y gloria con Brasil

09-04-2008

2003 fue un aïo especial para Robinho. Un aïo despuïs de conseguir el tïtulo nacional de liga con el Santos y de ser reconocido como el joven mïs brillante del fïtbol brasileïo, Robinho debutï en el fïtbol internacional.

Robinho recibiï la convocatoria para la selecciïn olïmpica que iba a representar a Brasil en la Copa Oro, que se celebrarïa en Estados Unidos. Su primera participaciïn con la famosa canarinha se produjo en un partido contra Mïxico. Lamentablemente, no fue el debut que el joven esperaba, ya que Brasil perdiï por 1-0. Sin embargo, Robinho mantuvo su puesto en la Seleïao a lo largo de toda la competiciïn y formï parte del equipo que se enfrentï (de nuevo) a Mïxico en la final. Sus esperanzas de lograr la medalla de oro al primer intento se esfumaron: una vez mïs, Mïxico se hizo con la victoria (1-0).

Robinho ha sido desde entonces un habitual de la selecciïn brasileïa; sïlo una lesiïn consiguiï apartarlo en cierta ocasiïn del equipo. La decepciïn sufrida en la Copa Oro marcï el principio de una ïpoca turbulenta para Brasil. Pronto, Robinho y sus compaïeros se encontraron frente a una prueba mïs dura si cabe: la clasificaciïn para los Juegos Olïmpicos de Atenas 2004. La competiciïn preliminar, celebrada en Paraguay en enero de 2004, ofreciï a Robinho la oportunidad de reunirse con muchos de sus compaïeros de aquel Santos triunfal de 2002 y con otras promesas en ciernes, como Dagoberto, Nilmar y Dudu Cearense.

Los brasileïos arrollaron primero a Venezuela (4-0) y luego a Paraguay (3-0) en sus dos primeros partidos. Pero los empates con Uruguay y Chile los devolvieron a la cruda realidad y les mostraron claramente lo difïcil que iba a resultarles asegurarse una de las dos plazas de clasificaciïn. No obstante, espoleados por Robinho y Diego, salieron adelante una vez mïs en su siguiente partido, donde derrotaron a Colombia por un aplastante 3-0.

Despuïs de aquello, el motor de Brasil empezï a trastabillar. Robinho y Diego se vieron envueltos en un incidente fuera de los terrenos de juego, por el que recibieron mïs atenciïn que por sus actuaciones sobre el campo. Las imïgenes de los dos jïvenes gastando bromas durante la concentraciïn dieron la vuelta al mundo. Pero las gracias se acabaron pronto, en cuanto volvieron a pisar la cancha. De repente, el fïtbol fluido que los habïa hecho tan famosos brillaba por su ausencia.

Una derrota ante Argentina, la eterna rival, dejï bien claro que Brasil tenïa problemas y ni siquiera con una clara victoria por 3-1 ante Chile podrïa disimularlo durante mucho tiempo. Brasil perdiï el partido decisivo contra Paraguay y se quedï sin el pasaporte para el Torneo Olïmpico de fïtbol. Cuando regresaron a su païs, Diego y Robinho se convirtieron en el punto de mira de todas las crïticas y comprobaron por primera vez en propia carne las veleidades de unos aficionados apasionados y una prensa voluble, que cambian de parecer en cuanto las cosas no salen como estaba previsto. Los jugadores y sus bromitas recibieron crïticas muy severas.

Lo sucedido en Paraguay les pesï durante algïn tiempo y los dos jugadores quedaron apartados del equipo nacional. A Diego, en concreto, le costï conseguir de nuevo otra oportunidad. En cambio, el seleccionador Carlos Alberto Parreira ofreciï a Robinho unas cuantas oportunidades mïs. ïste marcï su primer gol internacional en una victoria por 7-1 ante Hong Kong, que le ayudï a congraciarse con el entrenador. Poco a poco, con el paso del tiempo, volviï a meterse en el bolsillo a los aficionados y se afianzï en el equipo nacional. Pero todavïa no se habïa ganado a la prensa.

El momento decisivo llegï en 2005. Faltaba Ronaldo, y Robinho era la primera opciïn para la lïnea de ataque durante la Copa Confederaciones, que se disputï en Alemania. Junto a Ronaldinho, Kakï y Adriano, el delantero ofreciï una autïntica exhibiciïn contra Argentina en la final. Por fin se firmï la paz, y su sueïo de participar al aïo siguiente en su primera fase final del Mundial volvïa a tener visos de convertirse en realidad.

Lamentablemente, Robinho dispuso de pocas ocasiones para demostrar su valïa en el Mundial de Alemania 2006. El delantero, que ya militaba en el Real Madrid, se pasï la mayor parte de la fase final sentado en el banquillo. ïnicamente saliï de titular frente a Japïn, en una victoria por 4-1 que muchos consideran la mejor actuaciïn del Brasil en el campeonato. Pero no bastï. El momento de alzar el trofeo de la Copa Mundial debïa esperar.

No obstante, ahora tenïa vïa libre para consolidarse en el combinado nacional. Cuando, despuïs del Mundial, Dunga tomï las riendas de la selecciïn brasileïa, Robinho despuntï como uno de los pilares del equipo y, desde entonces, se ha convertido en el ïnico jugador al que el nuevo seleccionador ha convocado para cada partido desde que se hizo cargo de la selecciïn. La confianza de Dunga en Robinho quedï patente en la Copa Amïrica 2007. Sin Ronaldinho ni Kakï, ya que ambos habïan pedido quedar fuera de la competiciïn, Dunga apostï por Robinho como el hombre que iba a ayudar a Brasil a mantener su hegemonïa en la zona. Y el delantero no defraudï.

Robinho aceptï de buen grado la responsabilidad y realizï una competiciïn sobresaliente. Fue el acicate que propulsï a Brasil hasta la conquista del tïtulo, tras derrotar a Argentina en la final, y por primera vez se proclamï mïximo goleador de un campeonato internacional de primera magnitud. Sus actuaciones, sobre todo su inolvidable exhibiciïn en la apabullante derrota de Chile en cuartos de final, recordaron a todos su ïpoca en el Santos. Robinho se ha ganado el derecho a figurar entre los grandes astros brasileïos.

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